El autismo es una condición de vida, son personas con un procesamiento diferente, sujetas a la condición humana en general y diversa en particular, con sus luces y sombras. Por así decirlo, sus dificultades conductuales son en realidad, producto del desconocimiento cognoscitivo, sobre cómo opera nuestro mundo, o sea, la persona con autismo tiene dificultades para saber cómo ajustarse a una situación dada, desconocen los esquemas y guiones que rigen la vida cotidiana. Refiriéndose a las reglas dadas por la sociedad.

A esto podemos añadirle los diferentes tipos de procesamiento de lo sensorial: la híper-sensibilidad. Consecuencia de ello, son frecuentes sus alteraciones llamadas por algunos “pataletas”, ocasionados al oír el timbre del colegio, sentir la etiqueta de una camisa, el olor de la comida del compañero de al lado, la textura de las menestras, algunos en ser tocados, entre tantas cosas más.
En el autismo no hay, no existe dos autistas iguales ninguno es idéntico a otro, aunque compartan similar condición. Si conoces a una persona con autismo, conoces solamente a la persona. El autismo es un espectro que abarca una amplia gama de trastornos del desarrollo y no hay dos casos que pueden ser tratados de la misma forma, el hecho de que algunas personas con autismo no puedan hablar no quiere decir que no pueden encontrar la manera de comunicarse. Aunque un autista sea no verbal siempre tiene algo que decir y los niños no verbales pueden comunicarse mediante la tecnología de hoy en día. Las familias de personas con autismo no necesitamos compasión ni piedad, sino comprensión, los padres no tienen nada que ver con el autismo de su hijo o hija, el autismo no es culpa de los padres; pero sí; tiene que ver con la forma en que evolucionen, adquieran, desarrollen y potencien sus habilidades, para incluirlos a la sociedad.
Deja un comentario